jueves, 4 de agosto de 2011

Porque somos malos


La maldad que llevamos dentro todos, ¿a que se debe?

¿Que o quien nos la provoca?

Muchos estudios científicos se han hecho en base a ese problema achacándolo a la química de nuestro cerebro.

Porque un delincuente lo es y que le lleva a serlo?

¿Que hay en nuestro interior que nos lleva y nos conduce a hacer cosas malas?

¿Es química realmente lo que nos lleva a delinquir o es nuestra voluntad?


Cuando no se cree en el mundo del espíritu, todas las razones y explicaciones no aportan ninguna solución ni camino claro.

La vida es libre y actuamos con libertad total.

Somos vida, tenemos vida propia y no maquinaria programada.


Cuando tenemos la elección de hacer el bien o el mal, existe la inducción o la influencia, venga de donde venga y es un elemento muy importante para nuestra decisión final.

Muchas veces pequeñas tendencias inductoras, pueden decantarnos hacia un camino u otro muy opuesto.


Creamos a un ser humano libre de hacer lo que quiera y libre de escoger, y en algún momento de su vida manifiesta algún tipo de maldad.

¿Por qué?

¿Que circunstancias propicias deben de crearse a su alrededor para que actúe de tal forma?

¿Porque al final todos hemos cometido algún tipo de maldad?


Ese tipo de pecado o maldad, lo definiremos en adelante como la palabra error.


Pueden presentarse situaciones en que la "maldad" o error sea algún tipo de egoísmo o actuación para beneficio propio sin perjudicar directamente a los demás.

Actitudes que nos separan de los demás por comportamiento, aunque sin agresión.

Ese error es beneficioso para uno mismo, pero sin pensar en el mal que se hace a los demás.

La avaricia, el egoísmo, el orgullo, la prepotencia.

No hacen mal a nadie pero no son comportamientos adecuados para la convivencia y al final se manifiestan en roces y distanciamientos nada buenos para la relación entre las personas.


Pueden presentarse situaciones en que nuestro error sea algún tipo de ataque hacia nuestros semejantes.

La envidia, la venganza, el odio, la competitividad, el robo.

Tener o poseer algo sin esfuerzo, perjudicando a otros.

Resultado de nuestra inteligencia aplicada, sin consideración a los demás.

Satisfacer una cierta justicia personal como resultado de un error o deficiencia de otro semejante.

Luchar para ser mas que los demás.


Otro de los errores es quizás el más grave.

El no reconocer a nuestro creador o progenitor.

Para los que crean en la existencia de Dios, es el reconocimiento de un ser superior.

Para los que no crean, es el no reconocer por otro lado a nuestros padres o progenitores. El error está en una forma de ignorarlos e incluso con agresión.

De ellos recibimos la vida y muchas veces no manifestamos ningún tipo de agradecimiento.



En definitiva, la mayoría de errores se basan en una mala consideración hacia nuestros semejantes.

Es muy seguro que la mayor parte de estos errores no se producirían si no conviviésemos con nuestros semejantes.

Viviendo en una isla desierta, apenas manifestaríamos ningún tipo de maldad.


Así se concretan tres tipos de errores.

1- Los que nos implican a nosotros mismos con actitudes poco correctas y que no benefician en nuestra relación con los demás.

2- Los que afectan directamente a terceros, a nuestros semejantes provocándoles dolor, sufrimiento y malestar.

3- Los que afectan a nuestros creadores, progenitores o seres que nos dieron la vida, en forma de rechazo, poco respeto, o incluso agresión.


Nuestros superiores saben perfectamente que solamente con valores de respeto, amor y comprensión se puede mantener una buena relación y convivencia entre nosotros.


Por otra parte los médicos intentan descubrir como el cerebro y sus procesos químicos son responsables de actos tan criminales de individuos que mostraron al mundo tal grado de maldad.


En cambio la iglesia y el mundo espiritual apunta a influencias malignas o espíritus malvados que influencian nuestra mente con tentaciones muy sutiles que acaban por manifestar una maldad innata y escondida en nosotros.


Otro estudio es la gran cantidad de casos de personas que se corrompen cuando obtienen poder, de cualquier tipo, político, económico ó militar.

Cualquier tipo de poder hace perder nuestro anterior punto de vista y embriaga los deseos, las ambiciones, acabando en lo que se suele decir, “perdiendo el norte”.

La verdad, no estamos preparados en general para asumir el poder.

Nos lo ha demostrado la historia, mas brutalmente en el pasado y más maquillado en el presente, pero con los mismos resultados que ya conocemos en muestro mundo presente a base de corrupciones, guerras y conflictos.

El hombre no está preparado para gobernar.


En la sencillez y humildad estamos mas cerca de esa humanidad que estamos perdiendo y su punto de vista es más transparente y receptivo con capacidad de un mejor análisis de las cosas.

En cuanto subimos de nivel (principalmente económico), ya empezamos a ver con dificultad la realidad de nuestro mundo y nos centramos en un mundo de selección impropio, cargado de valores equivocados.


En cualquier caso parece ser que cualquier creación de seres libres con capacidad de inteligencia y evolución de un modo de vida controlado por los instintos, acaba siempre o casi siempre en una decadencia de la especie.

Es por esta razón que necesitamos la guía de alguien que nos dirija y oriente hacia una mejor forma de vida. Alguien con experiencia que conozca el proceso de la evolución de seres vivos inteligentes.

O bien nosotros mismos si somos capaces de descubrirlo y capaces de asimilarlo y obedecerlo.

Pero la respuesta o decisión ante nuestro modo de vida siempre es personal y basada en nuestra libertad.


20110313GBG

http://misblogspersonales.blogspot.com/


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