martes, 2 de agosto de 2011

Dolor y placer




En todos los seres vivos capaz de asimilar sentimientos físicos, hay dos sensaciones básicas y primarias que condicionan nuestra vida.
El dolor y el placer.
Y esto se manifiesta tanto en los humanos como en los animales.
Tengo sinceramente mis dudas si también se manifiesta en el reino vegetal y en los seres microscópicos.


El dolor
¿Quien no ha tenido dolor?
El dolor es realmente una sensación muy desagradable que puede contener infinitas formas de manifestarse y una gran variedad de intensidades.

Cuando vivimos una vida carente de dolor, podemos realmente darnos por satisfechos.
Hay un dicho que dice que a partir de los 50 años si no te duele nada, es que estás muerto.
El dolor es algo muy común en nuestra vida diaria y en especial cuando nos acosa alguna enfermedad, dolencia, accidente o ya mas normal en edades avanzadas en que el cuerpo delata los achaques de la vejez.

Permaneciendo nuestra persona, alma, yo ó como queramos llamarlo, atados a nuestro cuerpo, somos vulnerables a lo que nuestro cuerpo pueda sufrir.
Y ese dolor que el cuerpo pueda sufrir, es transmitido inmediatamente a nuestra persona.
Porque quien sufre no es nuestro cuerpo como un cúmulo de carne, huesos y nervios. Quien sufre somos nosotros como personas atadas a ese cuerpo.
Un complicado sistema fisicoquímico transmite una sensación desagradable en forma de dolor a través de un sistema nervioso que finaliza en nuestro cerebro.
Y curiosamente parece que el dolor esté sufriendo y manifestándose justo en la zona dañada, cuando en realidad es nuestro cerebro quien recibe esa percepción.

Tampoco es el cerebro quien sufre, siendo también una masa orgánica mucho más compleja, pero de materia también puramente química.
Es a través de esa materia química que esas sensaciones mas o menos graves se transmiten de una forma que desconocemos totalmente, a nuestra persona.
La química no sufre y el físico tampoco.
Es la parte inmaterial de la que estamos formados (y que desconocemos su esencia) quien recibe las consecuencias finales.
Es una parte del proceso que por no poder demostrarse, ha quedado interrumpida en la cadena de la investigación científica hasta lo puramente físico.
Asi las informaciones nerviosas de dolor o placer son sensaciones que acaban en nosotros, los afectados, en nuestra alma o persona.
Nadie ni nada mas, sufre las consecuencias.

Si nos cortan un brazo, ¿crees que el cuerpo está sufriendo?
Si el cuerpo pierde un miembro, tiene un gran derrame de sangre, pero sigue con su proceso de vida al igual que una maquina, aplicando además efectos prediseñados de supervivencia y cicatrización.
Pero todo lo podríamos englobar en una gran y perfecta maquina que no sufre ante esas agresiones.
¿Sufre un cadáver recién fallecido si le cortas una pierna?
¿Producirá nuevas convulsiones?
Ni se entera.
Y en cambio la sangre está todavía caliente.

Tampoco es el cerebro quien sufre, siendo únicamente informaciones y estímulos trasmitidos desde el cuerpo hacia él.
Por esta razón intento explicar que hay algo más que finaliza este proceso de vida material con algo digamos desconocido, que llamamos vida.

Todos los seres vivos de todo tipo en este planeta ocupan cuerpos y viven en ellos.
Ese sería otro tema de estudio:   el misterio de la vida.

¿Crees que un ordenador sufre si le cortas sus cables de interconexión interna?
Simplemente deja de funcionar.
Aun desarrollando posibles ordenadores futuros orgánicos, semejantes a nuestro cerebro, ¿Crees que sufriría si lo agrediésemos?

Aunque el cuerpo es en si vida, es una vida orgánica formada por millones de células con una misión especifica, pero el dolor no lo sufren las células, las cuales o mueren o cumplen su misión.
La información del dolor se transmite a un lugar de asimilación de informaciones y finaliza ahí como mera información o defensa en espera de nuevas decisiones.
Cuando aproximamos la mano al fuego y nos quemamos, ¿quién decide que saquemos la mano del fuego? el brazo como acto reflejo? Nuestro cerebro como almacén de información de consecuencias?

El dolor tiene inimaginables formas diversas de manifestarse.
Y gracias debemos dar que nuestro cuerpo dispone de un dispositivo automático que desconecta nuestro consciente cuando el dolor supera unos umbrales.
De lo contrario seria una situación de vida terrible e insoportable.

El dolor puede manifestarse como un pinchazo, como una quemadura, como un pellizco, como un electrocutamiento, como un corte, como una presión, como congelación, como una mordedura y todas esas múltiples variantes sensaciones proceden de las mismas células sensoriales las cuales a través de los nervios, transmiten esos impulsos desagradables al cerebro y el cerebro sabe que tipo de dolor es y donde se está localizado, aun con los ojos cerrados.
Ese es uno de los muchos misterios de la vida.

La vida es vulnerable al medio donde se encuentra, tipo de cuerpo, estado, temperatura, oxigeno (en nuestro caso), presión atmosférica.
Infinidad de agentes externos que deben garantizar un estado confortable mínimo para la supervivencia.
De no ser asi, la especie se extingue.
¿Quien pues controla toda esta vida y su supervivencia?

Cuando nos rompemos un brazo o una pierna, quedamos imposibilitados de realizar un montón de funciones que antes podíamos hacer.
Quedamos imposibilitados, debemos pedir la baja, nos quedamos en casa, aburridos, sin saber que hacer, viendo la TV, condicionados a las típicas rehabilitaciones.
Podemos estar asi dos o tres meses.
Pero el cuerpo tiene una capacidad increíble de repararse o digamos auto repararse.

Cuando sufrimos una molestia, podemos seguir con nuestros quehaceres diarios aun teniendo presente este inconveniente.
Cuando sufrimos un dolor, estamos pendiente de ello, incluso puede afectarnos a nuestro buen humor.
Cuando el dolor se hace mas insoportable, apenas podemos dormir, se nos pone mal carácter, no estamos por nada más, necesitamos un calmante más fuerte, ni la TV nos apetece, necesitamos algo que nos haga descansar y dormir, se puede pasar mal o muy mal.
Afortunadamente la medicina ha evolucionado y puede diseñar medicamentos que pueden aliviar estas situaciones.
Si el dolor es máximo, ya solo quizás funcione la morfina o algo de esa categoría.
Nuestra mente está totalmente concentrada en ese dolor y las horas pasan muy despacio.
Pensamos en quizás morir para escapar de esta situación insoportable.
No puedes concentrarte en nada más que en ese dolor terrible.
Quizás en tiempos pasados cuando la medicina era ineficaz, se daban esas situaciones y podía ser realmente terrible.
Posiblemente nuestro carácter empeoraría considerablemente hasta convertirnos quizás en seres cargados de odio.
Puede ser esta una consecuencia no prevista.

Asi la muerte es una escapatoria y un fin para esas situaciones tan angustiosas.
Un final para nuestra vida y lanzarnos a otro lugar o dimensión del cual desconocemos.
Esa conjetura para el que cree en otra vida y para el que no cree en otra vida, la desaparición del ser vivo.

Asi cuando tras un largo proceso de sufrimiento, vemos muerto a ese familiar o amigo, pensamos acertada o no acertadamente, ... al fin descansa.

Y muchas situaciones parecidas a las comentadas se han producido en muchas ocasiones.
Algunas terribles, otras angustiosas, otras muy difíciles de soportar.
Asi el dolor es un estado al cual cualquiera puede llegar por diferentes motivos y llega a despersonalizar a la persona, convirtiéndola en un estado de vida sufriente sin motivación, sin destino, sin misión, sin objetivo, vivir para sufrir.
Una maquina viva sufriente.

En muchos casos, ese sufrimiento afecta a terceros, que condena a una familia a una atención absorbente durante largos periodos de tiempo.
Solo tienes que pasarte por los hospitales y visitar según que plantas, para darte cuenta de ello. Allí verás siempre casos de este tipo.

Seres que sufren en silencio, que no aparecen en las noticias del telediario, que solo sus familias saben y sufren lo que les está pasando.
Enfermedades, accidentes de trafico, dependencias de drogas, depresiones, intentos de suicidio, pueden ser los motivos.
Algunos evitables y otros no.

Por tanto el dolor, aunque forma parte de la condición humana física, no debería formar parte de la vida, siendo la vida un estado de existencia para bien y no para mal.
Y el diseñador de esta vida lo sabe, que el dolor no es buen compañero.
A veces nos lleva a recapacitar y a veces no hay dirección que tomar, simplemente esperar a recuperarnos con paciencia o esperar la muerte.

Resumiendo, el dolor puede manifestarse levemente como molestias soportables, malestar desagradable, sufrimiento agonizante o dolor insoportable.

El hambre no siendo un dolor en si, conlleva a la inanición y muerte por el abandono del cuerpo y su energía vital necesaria.

Cuando estamos exentos de dolor, nuestra vida transcurre rápidamente por no encontrar tropiezos e impedimentos.

Paralelamente al dolor, existen otras sensaciones no de tipo físico, sino psíquico, también desagradables, las cuales también pueden alcanzar grados de mayor o menor intensidad.
El miedo, progresando al terror.
La angustia, progresando a la desesperanza.
La falta de libertad, progresando a la locura.
La perdida de un familiar, progresando a la depresión.
La depresión, progresando al hundimiento.
La perdida de memoria, progresando al estado vegetal.

En ninguna de ellas hay contacto con el cuerpo.
Unos de tipo físico y otros de tipo psíquico.
Pero ambos duros y difíciles de superar.
A estos últimos de tipo psíquico, aun más difíciles de demostrar científicamente como un dolor imaginario implantado en la materia orgánica.
Únicamente supuestamente localizados en el cerebro a nivel orgánico.




El placer

Asi como en el dolor todo es negativo, en el placer todo es positivo, pero tampoco todo conviene.
El placer también presenta toda una gama de estados.
Me refiero a sensaciones puramente físicas.

Por orden de intensidad, lo calificaríamos en:
La caricia, el masaje, el orgasmo sexual o el placer posiblemente producido por algún tipo de drogas.
Placeres aun mayores, nos podrían conducir a estados exhaustos y carentes de comunicación con el resto de seres vivos.
Estados de hibernación orgásmica permanente en los cuales nos comportaríamos como seres vivos felices o maquinas de placer.
El tiempo tampoco lo valoraríamos, perdiendo la percepción de él.
Tampoco es aconsejable el abuso de este estado, perdiendo todo contacto con el resto de nuestro entorno.
Podríamos calificarlo como un estado egoísta, concentrándonos solamente en nosotros y en las enormes sensaciones de placer que recibiríamos constantemente.

También posiblemente y esto ocurre con los todos los abusos, perderíamos la percepción de este gran placer si siempre fuese constante.
Quizás me atrevería a decir que el abandono de este estado permanente de placer y vuelta a la normalidad, podría significar una inadaptación al origen y un estado desagradable.

Asi la normalidad de la vida consta de momentos buenos y malos, como también consta de momentos muy buenos y muy malos.

Al igual que en el dolor, existen estados de placer o de bienestar "espiritual".
Estados que al cuerpo no le aportan absolutamente nada.
Son estados placenteros que alcanzan a nuestra persona, por medio de los oidos, vista u olfato, sin ningún tipo de contacto físico.
¿Puede demostrar la ciencia este proceso?

Por ejemplo cuando nos toca la lotería, es un derroche de felicidad y ningún miembro de nuestro cuerpo ha recibido ninguna sensación física.

Cuando nos declaramos a nuestra pareja (¿lo recuerdas?), estamos como flotando, no tenemos hambre, caminamos sin ver a nadie, todo lo vemos de color de rosa.

Cuando hemos aprobado un curso de estudios o el carnet de conducir, la alegría es increíble y nos dejamos llevar en un total relax.

Cuando ha nacido un hijo o nieto.
Lo celebramos grandemente.
O cuando vivimos su evolución de crecimiento.

Cuando encontramos a un familiar o amigo después de muchos años.

Cuando regresamos a un lugar de nuestra infancia.

Cuando nos ascienden de categoría.

Cuando una operación ha salido bien.

El vivir un recuerdo.

Cuando sobrevive un familiar o amigo después de un accidente o atentado.

El placer o alegría que nos repercute no ha sido precisamente por un contacto físico.
Vuelve a ser éste un motivo de alegría pero no en el ámbito orgánico de un cuerpo o cerebro.
Yo diría del alma.

Que ocurre con los ricos?
Como distribuyen su riqueza material y su alegría?
Compran varias casas.
Compran varios coches, varios barcos.
Quizás algún avión o aviones.
Montan varios negocios y se complican la vida.
Derrochan en viajes por todo el mundo.
Cruceros de placer.
Su respaldo económico les da seguridad y un cierto placer.
Sus caprichos los pueden satisfacer al momento.
Carecen de ilusiones por este camino, dado que la ilusión es la espera en algo que deseas.

¿Y ahora que?
¿Sabes que las personas que disfrutan de este sistema de vida, también tienen problemas?
En los cruceros de placer de alto rango, hay un departamento de psicología para los problemas mentales que ocasiona este tipo de vida.

Al carecer de problemas reales, inconscientemente … se los inventan.
Parece que un sistema de vida tan deseable como éste, realmente no es recomendable.
Todos querríamos ser ricos, pero no nos convendría.

No hay misión, destino o capacidad para hacer y crear.
Nosotros y solo nosotros.
Algunos dan algo de su gran patrimonio al tercer mundo por aquello de la conciencia.
En el fondo, la conciencia se les queja.

Y en realidad, la gran parte de la fortuna de este mundo, está en manos de unos pocos.

Ese placer les llevaría con su capitalmonetario a recrearse en estados placenteros dentro de lo que pudiesen encontrar.
Se aíslan en un entorno de su misma condición y desatienden las necesidades reales de afuera.
El ser rico, nos lleva a ser egoístas y avaros.
El que más quiere no es el pobre sino el rico.
La riqueza lleva a desear más y más de una forma absurda y obsesiva.

¿Cuántos ricos no se han suicidado por una gran pérdida en la bolsa?
¿Estaban arruinados?
Posiblemente y desde su punto de vista si, pero desde nuestro punto de vista (dentro de la normalidad), aun seguían siendo ricos.

Asi tan malo es el dolor extremo como el placer extremo.
Pero en ambos existe una abanico y una gama tanto física como inmaterial.




Guillermo Blanco
3-11-2012



No hay comentarios:

Publicar un comentario