martes, 2 de agosto de 2011

Mi curriculum

Nací el 23 de Marzo de 1955 en Barcelona como primero de cuatro hermanos.

Mi primera vivienda fue una mercería en la calle Roger de Flor de Barcelona cerca de la plaza Tetuán, propiedad de mi abuela materna.


Allí y posiblemente por problemas económicos vivimos un año con mis abuelos maternos en la vivienda adosada que formaba parte de aquel negocio.

Conseguimos al año siguiente alquilar un cuarto piso sin ascensor en el barrio de Pueblo Nuevo de la calle Wad-ras 137, hoy dia llamada Doctor Trueta.
Para mi, aquellos barrios tranquilos de calles anchas y de poco transito, formaron el recuerdo de mi infancia.

Mi timidez innata me ocasionaba graves problemas de adaptación a cada nuevo colegio y mi relación con los nuevos compañeros.
Estuve en una pequeña guardería de aquel barrio con un recuerdo poco agradable.

Fui inscrito en las escuelas Francesas de Barcelona en la Gran Via nº 707 de Barcelona, esquina Sicilia entre los años 1958 y 1963 (de los 3 a los 8 años).

A causa de la polución de aquellos barrios industriales en Pueblo Nuevo donde viviamos, nos trasladamos al barrio del Guinardó en el año 1964 cuando tenia 9 años, en un quinto piso que años mas tarde tuvimos la oportunidad de comprar.

Mi madre nació en Barcelona, mi abuelo materno nació en la misma ciudad y mi abuela materna nació en Sevilla.

Mi padre nació también en Barcelona, mi abuelo paterno nació en Valladolid y fue un buen mecánico de coches y mi abuela materna Carmen Moreno Cabello, artista con sobrenombre Lola Cabello, nacida en Málaga en cuya ciudad tuvo una calle a su nombre.
Estuvo especializada como cantadora y tonadillera en el espectáculo flamenco.
Grabó fandanguillos y malagueñas además de canciones con orquesta.
De ella conservo algunas grabaciones remasterizadas de su época.
Falleció en Castellón en 1942 a los 37 años del tifus y no pude conocerla.
Mi padre adquirió el mismo arte de la música, dedicándose a tocar jazz e instrumentos de viento en orquestas durante su juventud.

Tanto mi padre como mi madre conocieron el cristianismo y afirmaron su fe en la doctrina evangélica o protestante como algunos conocen.
Mi madre asumió esta fe en la misma familia que ya practicaban.
Mi padre en cambio tuvo roces familiares por esta causa, en una familia no creyente.
Todos nosotros, los cuatro hermanos también fuimos consecuentes con esta misma creencia.

Una vez que nos trasladamos al barrio del Guinardó en Barcelona, también cambié a unas nuevas escuelas llamadas Layetania, muy cerca del barrio donde vivíamos, en la plaza Sanllehy.

Los estudios de Bachillerato los realicé en el instituto público Menéndez Pelayo de la Vía Augusta nº 140 en Barcelona.
Ahí estuve entre los años 1966 y 1971 (de los 11 a los 16 años).

Luego pasé a las escuelas Prats en la calle Lauria, donde acabé el bachillerato superior.

Paralelamente a estos estudios, realicé otros estudios relacionados con la electrónica, una afición que adquirí sobre los catorce años, después de un fracaso que tuve con el dibujo. Una afición que cogí con ganas en sus inicios pero que a los trece años le perdí la ilusión.

También a mis diecisiete años inicié mi primera etapa laboral.
Fue aquella, una época muy densa en actividades con muy poco tiempo libre.
Asi próximo a mis veinte años, realicé cursos acelerados de electrónica industrial, automatismos, radio TV y sonido en las escuelas I.N.T.E. y U.N.T.E.C. de Barcelona, en la avenida Catedral y en la calle Numancia.

Mi primer trabajo fue de aprendiz en una empresa de instalaciones eléctricas en la calle Pallars sobre el nº 167 de Barcelona llamada Epifanio Huget.
Ahí estuve un par de meses durante el año 1971.
Mi segundo trabajo en 1972 tan solo duró dos semanas en una pequeña empresa de circuitos impresos llamada Lectrón en la calle Lauria y muy cerca donde estudié anteriormente.

Tuve posteriormente dos hermanos y una hermana de los cuales me distanciaba dos años, siete años y catorce años.

A mis veinte años, entre los años 1976 y 1977 fui al servicio militar, con destino Canarias, en Tenerife y concretamente en el campamento de Hoya fría, para luego incorporarme al cuartel de La Cuesta, en la misma isla.
Algo que hoy dia afortunadamente la mayoría de jóvenes no se ven obligados a realizar.
Fueron los trece meses que más lentamente transcurrieron en mi vida.
¿Qué saqué de provecho en ese tiempo?
Pues aprendí a perder el tiempo, a interrumpir mis estudios, mi trabajo y la relación con mi familia.
Me acostumbré a los cubatas, a sacar provecho a los libros, a limpiarme las botas, a ducharme en 30 segundos y a planchar la ropa bajo el colchón.
Por otro lado me enseñaron a usar armas de fuego, a soportar la rigidez militar y a conocer que tipo de personas integran los ejércitos.
Fue el periodo más largo en que estuve ausente de mi familia.
Conocí la nostalgia, el valorar a los padres y a economizar el pequeño sueldo que tenía.
Allí tuve una primera relación sentimental, más bien platónica e infantil:  Sara, de la cual me separaban siete años.
Fue una especie de escape a aquella situación de soledad emocional, mezclado con la ilusión de la edad.
También allí en el mismo cuartel conocí dos personas especiales, uno de Barcelona y otro de Monzón con los cuales perduró una amistad por muchos años.
Al acabar el servicio militar, regresé a la vida normal.

Parece que aquella relación sentimental desató mis emociones, porque al año siguiente y continuando la amistad con mi compañero de Barcelona en el servicio militar, conocí a través de él, a otra persona del Prat con la cual tuve una relación de tres meses:  Nuria.

De ahí conocí a la tercera persona que sería la definitiva. Parece que a la tercera va la vencida.
En el año 1980 me casé con ella y con la cual continuo.
Lali de Rubi.
Descubrí el sabor de pueblo y olvidé el estrés y las aglomeraciones de la gran ciudad.
En mis recuerdos, mi primera ilusión platónica se produjo precisamente en este mismo Rubi cuando tenia nueve años, una población que aun no había conocido y que a raíz de unos campamentos de verano conocí a alguien especial.
Se llamaba Isabel y tan solo tenía diez años.
A esa edad tan temprana, me pidió un beso detrás de una puerta en una sala vacía de una primera planta.
Mi timidez innata y mi poca experiencia en estos temas, me frenaron y no supe reaccionar ni corresponder.
Yo tenía bastante con aquella ilusión, pero ella fue más decidida que yo.
Pienso que se llevó una decepción conmigo y aquella historia finalizó aquel verano del 1964.

Parece que Rubí despertó en mí un sentimiento catorce años después, cuando conocí a la que sería mi mujer.

Mi padre fallece justamente una semana antes de nuestra boda y deja un mal sabor de boca en aquella celebración del año 1980.
Un súbito infartó acabó con su vida a sus 52 años dejando a mi madre viuda, con tres hijos y con una nueva etapa a la que superar.
Era la época en que solo el marido mantenía a la familia.
Mi madre tuvo que ponerse en serio en una mercería familiar propiedad de mi abuela, para llevar la familia adelante económicamente.
Pero nunca nos faltó lo necesario.

Pocos años después, mis hermanos se fueron casando y quedó mi madre sola en aquella casa del Guinardó haciendo del pequeño despacho que usaba mi padre, su alcoba y lugar de recogimiento.

En el año 1972 y por espacio de trece años, entré en mi tercera empresa llamada Muzak,  Música Funcional de Cataluña, en la plaza Francesc Macia o antigua plaza Calvo Sotelo de Barcelona.
Concretamente en la calle Beethoven 11, 1º.
Recorrí varios departamentos de esta misma empresa, iniciando como oficinista, como montador de altavoces y equipos de sonido, como servicio técnico en la zona de Cataluña y finalizando en el laboratorio, el lugar deseado por todos.
Era una empresa dedicada a la sonorización y ambientación de espacios comerciales, fabricas y oficinas con una música totalmente instrumental, sin sonidos humanos que rompía el silencio de los ambientes de trabajo.
Aquel trabajo me obligó a comprar un vehiculo Seat 600 y empezar a conocer las calles y carreteras de Barcelona.

En el año 1985 a mis treinta años, pasé a mi cuarta empresa llamada Electrosistemas Bach, dedicada al mundo del ferrocarril, señalización y pasos a nivel.
En dicha empresa y tras unos cuantos años, todavía continuo trabajando.
Ya ahora en busca de una jubilación que parece no llegar nunca.

En el año 1983 y a los tres años de casados tuvimos a nuestra única hija; Anna.
Fue un cambio radical en nuestra vida a todos los niveles y una experiencia única y digna de vivir.

Entre los años 1973 y 2010, participé altruistamente como técnico de sonido en un conjunto musical cristiano que se prolongó la friolera de 37 años.
Su nombre era Ressó y en catalán significa "eco".
Una misión no lucrativa con la intención de expandir el evangelio de Jesús a través de la música góspel en plazas públicas, teatros, iglesias y locales de todo tipo.
Esta etapa técnica, me aportó una cierta experiencia en mi afición por la música y la electrónica.

Como estilos musicales siempre me decanté por el estilo rock sinfónico y heavy.
Como películas, las de acción y ficción.
Como deportes alcancé el tercer premio de natación a los catorce años.
Una copa de recuerdo que conservo en el armario.
Pero nunca fui seguidor de deportes ni de futbol.
En cambio me atraían los deportes de vuelo libre.
Así en el 1979 y a través de un anuncio en el diario, contacté con una persona que me inició en el vuelo del ala delta.
Una sensación increíble, pero con un dilema familiar que se me presentó a causa del riesgo y la intranquilidad que le afectaba a mi mujer.

Como programas de televisión, me interesan los debates de actualidad e informativos.
Como libros los científicos, metafísicos, proféticos y relacionados con el mundo del más allá.

Probé el juego en bolsa entre los años 2000 y 2010.
Una etapa deseosa de probar a la que me coincidió con la crisis mundial del 2008 y casi me arruina.

Con los años aprendí en casa a hacer pequeños remiendos de albañilería, regatas, cajetines y líneas eléctricas.
Experimenté la electrónica a modo de juego en todas sus facetas y versiones con una afición casi obsesiva entre los años 1969 y 2005 (de los 14 a los 50 años).

También sobre el año 1992 y solapándome con la electrónica, descubro el nuevo mundo de la informática, que después de mis cincuenta años, se convierte en una herramienta casi indispensable para todas mis aficiones actuales.
Con ella escucho mi música, veo películas, conservo fotografías y videos familiares, me comunico con todas mis amistades, consulto la gigantesca "enciclopedia" de Internet y redacto mis memorias, listas, estadísticas y resúmenes, que desde siempre me apasionaron.

La informática me ayuda en mi gran afición por los recuerdos escritos, gráficos y animados.
Obsesivo con las copias de seguridad y reconociendo la gran capacidad que tiene la informática, pero también su vulnerabilidad para perderse o reproducirse a lugares indeseados.

Tras mi nueva vida de casado en Rubí, me integro en la misma comunidad cristiana a la que pertenecía mi mujer.
Allí y con los años, tomo el cargo de mantenimiento. Una tarea que aunque llena de actividad y complicada a causa del poco tiempo disponible, siempre me gustó.
En el año 2000 y a raiz de la oleada de inmigración que se produce en toda Europa, abrimos en la misma iglesia de Rubi un departamento de Ayuda Social que toma dimensiones desproporcionadas.
Empezando con una familia necesitada y hoy dia con unas tres mil inscripciones en el reparto de comida, ropa y algunos juguetes.
Instalamos un sistema informático y recibimos la colaboración de muchas personas de nuestra comunidad y ajenas a ella.
Con ello, nos permite llevar a cabo esta gran tarea.

A partir del año 2010, entramos a nivel familiar en un periodo de dependencia casi total en el cuidado de los padres de mi mujer, por su avanzada edad y su delicada salud.
Esta etapa ya se había iniciado pocos años atrás pero con una intensidad mucho menor.

En Abril del año 2011 nuestra hija nos hace abuelos.
Esta etapa nos abre un periodo muy feliz para ambas familias, siendo la primera nieta que nace.
Con la presencia del nuevo bebé, las pesadas cargas familiares se hacen más fáciles de llevar.

Mi afición por el video y la fotografía digital, llenan mi tiempo libre y mis discos duros de acontecimientos familiares que tantos recuerdos nos traen.

Internet me ofrece una gran posibilidad y puerta de acceso en los blogs para exponer temas de reflexiones personales que siempre me gustó tratar.
Las redes sociales, no aceptadas por todo el mundo, me ofrecen por otra parte el compartir con muchas amistades, mis gustos, pensamientos, situaciones y vivencias personales.

A principios del 2012 fallece nuestra madre repentinamente de un problema arterial que nunca le fue delatado.
Curiosamente fallece el mismo dia y mes que su madre: un trece de enero.
Esta nueva situación plantea una nueva relación entre nosotros los cuatro hermanos para solucionar los problemas de herencias.

Y esta es mi vida y experiencias expuestas en este medio con la prudencia e intención de no comprometer demasiado a personas, nombres y lugares.

Soy en definitiva y me considero una persona de fe con valores espirituales, con gran afición por la música y tecnología, con ganas de colaborar y aprender y con deseos de recordar, conservar y revivir.


Guillermo Blanco 25-6-2011





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