Nací el 23
de Marzo de 1955 en Barcelona como primero de cuatro hermanos.
Mi primera
vivienda fue una mercería en la calle Roger de Flor de Barcelona cerca de la
plaza Tetuán, propiedad de mi abuela materna.
Allí y posiblemente
por problemas económicos vivimos un año con mis abuelos maternos en la vivienda
adosada que formaba parte de aquel negocio.
Conseguimos al
año siguiente alquilar un cuarto piso sin ascensor en el barrio de Pueblo Nuevo
de la calle Wad-ras 137, hoy dia llamada Doctor Trueta.
Para mi,
aquellos barrios tranquilos de calles anchas y de poco transito, formaron el
recuerdo de mi infancia.
Mi timidez
innata me ocasionaba graves problemas de adaptación a cada nuevo colegio y mi
relación con los nuevos compañeros.
Estuve en
una pequeña guardería de aquel barrio con un recuerdo poco agradable.
Fui inscrito
en las escuelas Francesas de Barcelona en la Gran Via nº 707 de Barcelona, esquina
Sicilia entre los años 1958 y 1963 (de los 3 a los 8 años).
A causa de
la polución de aquellos barrios industriales en Pueblo Nuevo donde viviamos,
nos trasladamos al barrio del Guinardó en el año 1964 cuando tenia 9 años, en un
quinto piso que años mas tarde tuvimos la oportunidad de comprar.
Mi madre
nació en Barcelona, mi abuelo materno nació en la misma ciudad y mi abuela
materna nació en Sevilla.
Mi padre
nació también en Barcelona, mi abuelo paterno nació en Valladolid y fue un buen
mecánico de coches y mi abuela materna Carmen Moreno Cabello, artista con
sobrenombre Lola Cabello, nacida en Málaga en cuya ciudad tuvo una calle a su
nombre.
Estuvo
especializada como cantadora y tonadillera en el espectáculo flamenco.
Grabó fandanguillos y malagueñas además de
canciones con orquesta.
De ella
conservo algunas grabaciones remasterizadas de su época.
Falleció en
Castellón en 1942 a los 37 años del tifus y no pude conocerla.
Mi padre
adquirió el mismo arte de la música, dedicándose a tocar jazz e instrumentos de
viento en orquestas durante su juventud.
Tanto mi
padre como mi madre conocieron el cristianismo y afirmaron su fe en la doctrina
evangélica o protestante como algunos conocen.
Mi madre
asumió esta fe en la misma familia que ya practicaban.
Mi padre en
cambio tuvo roces familiares por esta causa, en una familia no creyente.
Todos
nosotros, los cuatro hermanos también fuimos consecuentes con esta misma
creencia.
Una vez que
nos trasladamos al barrio del Guinardó en Barcelona, también cambié a unas
nuevas escuelas llamadas Layetania, muy cerca del barrio donde vivíamos, en la
plaza Sanllehy.
Los estudios
de Bachillerato los realicé en el instituto público Menéndez Pelayo de la Vía
Augusta nº 140 en Barcelona.
Ahí estuve
entre los años 1966 y 1971 (de los 11 a los 16 años).
Luego pasé a
las escuelas Prats en la calle Lauria, donde acabé el bachillerato superior.
Paralelamente
a estos estudios, realicé otros estudios relacionados con la electrónica, una
afición que adquirí sobre los catorce años, después de un fracaso que tuve con
el dibujo. Una afición que cogí con ganas en sus inicios pero que a los trece
años le perdí la ilusión.
También a
mis diecisiete años inicié mi primera etapa laboral.
Fue aquella,
una época muy densa en actividades con muy poco tiempo libre.
Asi próximo
a mis veinte años, realicé cursos acelerados de electrónica industrial, automatismos,
radio TV y sonido en las escuelas I.N.T.E. y U.N.T.E.C. de Barcelona, en la
avenida Catedral y en la calle Numancia.
Mi primer
trabajo fue de aprendiz en una empresa de instalaciones eléctricas en la calle
Pallars sobre el nº 167 de Barcelona llamada Epifanio Huget.
Ahí estuve
un par de meses durante el año 1971.
Mi segundo
trabajo en 1972 tan solo duró dos semanas en una pequeña empresa de circuitos
impresos llamada Lectrón en la calle Lauria y muy cerca donde estudié
anteriormente.
Tuve posteriormente
dos hermanos y una hermana de los cuales me distanciaba dos años, siete años y catorce
años.
A mis veinte
años, entre los años 1976 y 1977 fui al servicio militar, con destino Canarias,
en Tenerife y concretamente en el campamento de Hoya fría, para luego
incorporarme al cuartel de La Cuesta, en la misma isla.
Algo que hoy
dia afortunadamente la mayoría de jóvenes no se ven obligados a realizar.
Fueron los
trece meses que más lentamente transcurrieron en mi vida.
¿Qué saqué
de provecho en ese tiempo?
Pues aprendí
a perder el tiempo, a interrumpir mis estudios, mi trabajo y la relación con mi
familia.
Me
acostumbré a los cubatas, a sacar provecho a los libros, a limpiarme las botas,
a ducharme en 30 segundos y a planchar la ropa bajo el colchón.
Por otro
lado me enseñaron a usar armas de fuego, a soportar la rigidez militar y a conocer
que tipo de personas integran los ejércitos.
Fue el
periodo más largo en que estuve ausente de mi familia.
Conocí la
nostalgia, el valorar a los padres y a economizar el pequeño sueldo que tenía.
Allí tuve una
primera relación sentimental, más bien platónica e infantil: Sara, de la cual me separaban siete años.
Fue una
especie de escape a aquella situación de soledad emocional, mezclado con la
ilusión de la edad.
También allí
en el mismo cuartel conocí dos personas especiales, uno de Barcelona y otro de
Monzón con los cuales perduró una amistad por muchos años.
Al acabar el
servicio militar, regresé a la vida normal.
Parece que aquella
relación sentimental desató mis emociones, porque al año siguiente y
continuando la amistad con mi compañero de Barcelona en el servicio militar,
conocí a través de él, a otra persona del Prat con la cual tuve una relación de
tres meses: Nuria.
De ahí
conocí a la tercera persona que sería la definitiva. Parece que a la tercera va
la vencida.
En el año
1980 me casé con ella y con la cual continuo.
Lali de
Rubi.
Descubrí el
sabor de pueblo y olvidé el estrés y las aglomeraciones de la gran ciudad.
En mis recuerdos,
mi primera ilusión platónica se produjo precisamente en este mismo Rubi cuando
tenia nueve años, una población que aun no había conocido y que a raíz de unos
campamentos de verano conocí a alguien especial.
Se llamaba
Isabel y tan solo tenía diez años.
A esa edad
tan temprana, me pidió un beso detrás de una puerta en una sala vacía de una
primera planta.
Mi timidez
innata y mi poca experiencia en estos temas, me frenaron y no supe reaccionar
ni corresponder.
Yo tenía
bastante con aquella ilusión, pero ella fue más decidida que yo.
Pienso que se
llevó una decepción conmigo y aquella historia finalizó aquel verano del 1964.
Parece que Rubí
despertó en mí un sentimiento catorce años después, cuando conocí a la que
sería mi mujer.
Mi padre fallece
justamente una semana antes de nuestra boda y deja un mal sabor de boca en
aquella celebración del año 1980.
Un súbito
infartó acabó con su vida a sus 52 años dejando a mi madre viuda, con tres
hijos y con una nueva etapa a la que superar.
Era la época
en que solo el marido mantenía a la familia.
Mi madre
tuvo que ponerse en serio en una mercería familiar propiedad de mi abuela, para
llevar la familia adelante económicamente.
Pero nunca
nos faltó lo necesario.
Pocos años
después, mis hermanos se fueron casando y quedó mi madre sola en aquella casa del
Guinardó haciendo del pequeño despacho que usaba mi padre, su alcoba y lugar de
recogimiento.
En el año
1972 y por espacio de trece años, entré en mi tercera empresa llamada Muzak, Música Funcional de Cataluña, en la plaza
Francesc Macia o antigua plaza Calvo Sotelo de Barcelona.
Concretamente
en la calle Beethoven 11, 1º.
Recorrí
varios departamentos de esta misma empresa, iniciando como oficinista, como
montador de altavoces y equipos de sonido, como servicio técnico en la zona de
Cataluña y finalizando en el laboratorio, el lugar deseado por todos.
Era una
empresa dedicada a la sonorización y ambientación de espacios comerciales,
fabricas y oficinas con una música totalmente instrumental, sin sonidos humanos
que rompía el silencio de los ambientes de trabajo.
Aquel
trabajo me obligó a comprar un vehiculo Seat 600 y empezar a conocer las calles
y carreteras de Barcelona.
En el año
1985 a mis treinta años, pasé a mi cuarta empresa llamada Electrosistemas Bach,
dedicada al mundo del ferrocarril, señalización y pasos a nivel.
En dicha
empresa y tras unos cuantos años, todavía continuo trabajando.
Ya ahora en
busca de una jubilación que parece no llegar nunca.
En el año
1983 y a los tres años de casados tuvimos a nuestra única hija; Anna.
Fue un
cambio radical en nuestra vida a todos los niveles y una experiencia única y
digna de vivir.
Entre los
años 1973 y 2010, participé altruistamente como técnico de sonido en un
conjunto musical cristiano que se prolongó la friolera de 37 años.
Su nombre
era Ressó y en catalán significa "eco".
Una misión
no lucrativa con la intención de expandir el evangelio de Jesús a través de la
música góspel en plazas públicas, teatros, iglesias y locales de todo tipo.
Esta etapa
técnica, me aportó una cierta experiencia en mi afición por la música y la
electrónica.
Como estilos
musicales siempre me decanté por el estilo rock sinfónico y heavy.
Como
películas, las de acción y ficción.
Como
deportes alcancé el tercer premio de natación a los catorce años.
Una copa de
recuerdo que conservo en el armario.
Pero nunca
fui seguidor de deportes ni de futbol.
En cambio me
atraían los deportes de vuelo libre.
Así en el
1979 y a través de un anuncio en el diario, contacté con una persona que me
inició en el vuelo del ala delta.
Una
sensación increíble, pero con un dilema familiar que se me presentó a causa del
riesgo y la intranquilidad que le afectaba a mi mujer.
Como
programas de televisión, me interesan los debates de actualidad e informativos.
Como libros
los científicos, metafísicos, proféticos y relacionados con el mundo del más
allá.
Probé el
juego en bolsa entre los años 2000 y 2010.
Una etapa deseosa
de probar a la que me coincidió con la crisis mundial del 2008 y casi me
arruina.
Con los años
aprendí en casa a hacer pequeños remiendos de albañilería, regatas, cajetines y
líneas eléctricas.
Experimenté la
electrónica a modo de juego en todas sus facetas y versiones con una afición
casi obsesiva entre los años 1969 y 2005 (de los 14 a los 50 años).
También
sobre el año 1992 y solapándome con la electrónica, descubro el nuevo mundo de
la informática, que después de mis cincuenta años, se convierte en una
herramienta casi indispensable para todas mis aficiones actuales.
Con ella
escucho mi música, veo películas, conservo fotografías y videos familiares, me
comunico con todas mis amistades, consulto la gigantesca
"enciclopedia" de Internet y redacto mis memorias, listas, estadísticas
y resúmenes, que desde siempre me apasionaron.
La informática
me ayuda en mi gran afición por los recuerdos escritos, gráficos y animados.
Obsesivo con
las copias de seguridad y reconociendo la gran capacidad que tiene la informática,
pero también su vulnerabilidad para perderse o reproducirse a lugares indeseados.
Tras mi
nueva vida de casado en Rubí, me integro en la misma comunidad cristiana a la
que pertenecía mi mujer.
Allí y con
los años, tomo el cargo de mantenimiento. Una tarea que aunque llena de
actividad y complicada a causa del poco tiempo disponible, siempre me gustó.
En el año
2000 y a raiz de la oleada de inmigración que se produce en toda Europa,
abrimos en la misma iglesia de Rubi un departamento de Ayuda Social que toma
dimensiones desproporcionadas.
Empezando
con una familia necesitada y hoy dia con unas tres mil inscripciones en el
reparto de comida, ropa y algunos juguetes.
Instalamos un
sistema informático y recibimos la colaboración de muchas personas de nuestra
comunidad y ajenas a ella.
Con ello, nos
permite llevar a cabo esta gran tarea.
A partir del
año 2010, entramos a nivel familiar en un periodo de dependencia casi total en
el cuidado de los padres de mi mujer, por su avanzada edad y su delicada salud.
Esta etapa
ya se había iniciado pocos años atrás pero con una intensidad mucho menor.
En Abril del
año 2011 nuestra hija nos hace abuelos.
Esta etapa
nos abre un periodo muy feliz para ambas familias, siendo la primera nieta que
nace.
Con la
presencia del nuevo bebé, las pesadas cargas familiares se hacen más fáciles de
llevar.
Mi afición
por el video y la fotografía digital, llenan mi tiempo libre y mis discos duros
de acontecimientos familiares que tantos recuerdos nos traen.
Internet me
ofrece una gran posibilidad y puerta de acceso en los blogs para exponer temas
de reflexiones personales que siempre me gustó tratar.
Las redes
sociales, no aceptadas por todo el mundo, me ofrecen por otra parte el
compartir con muchas amistades, mis gustos, pensamientos, situaciones y
vivencias personales.
A principios
del 2012 fallece nuestra madre repentinamente de un problema arterial que nunca
le fue delatado.
Curiosamente
fallece el mismo dia y mes que su madre: un trece de enero.
Esta nueva situación
plantea una nueva relación entre nosotros los cuatro hermanos para solucionar
los problemas de herencias.
Y esta es mi
vida y experiencias expuestas en este medio con la prudencia e intención de no
comprometer demasiado a personas, nombres y lugares.
Soy en definitiva
y me considero una persona de fe con valores espirituales, con gran afición por
la música y tecnología, con ganas de colaborar y aprender y con deseos de
recordar, conservar y revivir.
Guillermo Blanco 25-6-2011
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