En todos los
seres vivos capaz de asimilar sentimientos físicos, hay dos sensaciones básicas
y primarias que condicionan nuestra vida.
El dolor y
el placer.
Y esto se
manifiesta tanto en los humanos como en los animales.
Tengo
sinceramente mis dudas si también se manifiesta en el reino vegetal y en los
seres microscópicos.
El dolor
¿Quien no ha
tenido dolor?
El dolor es
realmente una sensación muy desagradable que puede contener infinitas formas de
manifestarse y una gran variedad de intensidades.
Cuando
vivimos una vida carente de dolor, podemos realmente darnos por satisfechos.
Hay un dicho
que dice que a partir de los 50 años si no te duele nada, es que estás muerto.
El dolor es
algo muy común en nuestra vida diaria y en especial cuando nos acosa alguna
enfermedad, dolencia, accidente o ya mas normal en edades avanzadas en que el
cuerpo delata los achaques de la vejez.
Permaneciendo
nuestra persona, alma, yo ó como queramos llamarlo, atados a nuestro cuerpo,
somos vulnerables a lo que nuestro cuerpo pueda sufrir.
Y ese dolor
que el cuerpo pueda sufrir, es transmitido inmediatamente a nuestra persona.
Porque quien
sufre no es nuestro cuerpo como un cúmulo de carne, huesos y nervios. Quien
sufre somos nosotros como personas atadas a ese cuerpo.
Un
complicado sistema fisicoquímico transmite una sensación desagradable en forma
de dolor a través de un sistema nervioso que finaliza en nuestro cerebro.
Y
curiosamente parece que el dolor esté sufriendo y manifestándose justo en la
zona dañada, cuando en realidad es nuestro cerebro quien recibe esa percepción.
Tampoco es
el cerebro quien sufre, siendo también una masa orgánica mucho más compleja,
pero de materia también puramente química.
Es a través
de esa materia química que esas sensaciones mas o menos graves se transmiten de
una forma que desconocemos totalmente, a nuestra persona.
La química
no sufre y el físico tampoco.
Es la parte
inmaterial de la que estamos formados (y que desconocemos su esencia) quien
recibe las consecuencias finales.
Es una parte
del proceso que por no poder demostrarse, ha quedado interrumpida en la cadena de
la investigación científica hasta lo puramente físico.
Asi las
informaciones nerviosas de dolor o placer son sensaciones que acaban en
nosotros, los afectados, en nuestra alma o persona.
Nadie ni
nada mas, sufre las consecuencias.
Si nos
cortan un brazo, ¿crees que el cuerpo está sufriendo?
Si el cuerpo
pierde un miembro, tiene un gran derrame de sangre, pero sigue con su proceso
de vida al igual que una maquina, aplicando además efectos prediseñados de
supervivencia y cicatrización.
Pero todo lo
podríamos englobar en una gran y perfecta maquina que no sufre ante esas
agresiones.
¿Sufre un cadáver
recién fallecido si le cortas una pierna?
¿Producirá
nuevas convulsiones?
Ni se
entera.
Y en cambio
la sangre está todavía caliente.
Tampoco es
el cerebro quien sufre, siendo únicamente informaciones y estímulos trasmitidos
desde el cuerpo hacia él.
Por esta
razón intento explicar que hay algo más que finaliza este proceso de vida
material con algo digamos desconocido, que llamamos vida.
Todos los
seres vivos de todo tipo en este planeta ocupan cuerpos y viven en ellos.
Ese sería
otro tema de estudio: el misterio de la
vida.
¿Crees que
un ordenador sufre si le cortas sus cables de interconexión interna?
Simplemente
deja de funcionar.
Aun
desarrollando posibles ordenadores futuros orgánicos, semejantes a nuestro
cerebro, ¿Crees que sufriría si lo agrediésemos?
Aunque el
cuerpo es en si vida, es una vida orgánica formada por millones de células con
una misión especifica, pero el dolor no lo sufren las células, las cuales o
mueren o cumplen su misión.
La
información del dolor se transmite a un lugar de asimilación de informaciones y
finaliza ahí como mera información o defensa en espera de nuevas decisiones.
Cuando
aproximamos la mano al fuego y nos quemamos, ¿quién decide que saquemos la mano
del fuego? el brazo como acto reflejo? Nuestro cerebro como almacén de
información de consecuencias?
El dolor
tiene inimaginables formas diversas de manifestarse.
Y gracias
debemos dar que nuestro cuerpo dispone de un dispositivo automático que
desconecta nuestro consciente cuando el dolor supera unos umbrales.
De lo
contrario seria una situación de vida terrible e insoportable.
El dolor
puede manifestarse como un pinchazo, como una quemadura, como un pellizco, como
un electrocutamiento, como un corte, como una presión, como congelación, como
una mordedura y todas esas múltiples variantes sensaciones proceden de las
mismas células sensoriales las cuales a través de los nervios, transmiten esos
impulsos desagradables al cerebro y el cerebro sabe que tipo de dolor es y
donde se está localizado, aun con los ojos cerrados.
Ese es uno
de los muchos misterios de la vida.
La vida es
vulnerable al medio donde se encuentra, tipo de cuerpo, estado, temperatura,
oxigeno (en nuestro caso), presión atmosférica.
Infinidad de
agentes externos que deben garantizar un estado confortable mínimo para la
supervivencia.
De no ser
asi, la especie se extingue.
¿Quien pues
controla toda esta vida y su supervivencia?
Cuando nos
rompemos un brazo o una pierna, quedamos imposibilitados de realizar un montón
de funciones que antes podíamos hacer.
Quedamos
imposibilitados, debemos pedir la baja, nos quedamos en casa, aburridos, sin
saber que hacer, viendo la TV, condicionados a las típicas rehabilitaciones.
Podemos
estar asi dos o tres meses.
Pero el
cuerpo tiene una capacidad increíble de repararse o digamos auto repararse.
Cuando
sufrimos una molestia, podemos seguir con nuestros quehaceres diarios aun
teniendo presente este inconveniente.
Cuando
sufrimos un dolor, estamos pendiente de ello, incluso puede afectarnos a
nuestro buen humor.
Cuando el
dolor se hace mas insoportable, apenas podemos dormir, se nos pone mal carácter,
no estamos por nada más, necesitamos un calmante más fuerte, ni la TV nos
apetece, necesitamos algo que nos haga descansar y dormir, se puede pasar mal o
muy mal.
Afortunadamente
la medicina ha evolucionado y puede diseñar medicamentos que pueden aliviar
estas situaciones.
Si el dolor
es máximo, ya solo quizás funcione la morfina o algo de esa categoría.
Nuestra
mente está totalmente concentrada en ese dolor y las horas pasan muy despacio.
Pensamos en
quizás morir para escapar de esta situación insoportable.
No puedes
concentrarte en nada más que en ese dolor terrible.
Quizás en
tiempos pasados cuando la medicina era ineficaz, se daban esas situaciones y
podía ser realmente terrible.
Posiblemente
nuestro carácter empeoraría considerablemente hasta convertirnos quizás en
seres cargados de odio.
Puede ser
esta una consecuencia no prevista.
Asi la
muerte es una escapatoria y un fin para esas situaciones tan angustiosas.
Un final
para nuestra vida y lanzarnos a otro lugar o dimensión del cual desconocemos.
Esa
conjetura para el que cree en otra vida y para el que no cree en otra vida, la
desaparición del ser vivo.
Asi cuando
tras un largo proceso de sufrimiento, vemos muerto a ese familiar o amigo,
pensamos acertada o no acertadamente, ... al fin descansa.
Y muchas
situaciones parecidas a las comentadas se han producido en muchas ocasiones.
Algunas
terribles, otras angustiosas, otras muy difíciles de soportar.
Asi el dolor
es un estado al cual cualquiera puede llegar por diferentes motivos y llega a
despersonalizar a la persona, convirtiéndola en un estado de vida sufriente sin
motivación, sin destino, sin misión, sin objetivo, vivir para sufrir.
Una maquina
viva sufriente.
En muchos
casos, ese sufrimiento afecta a terceros, que condena a una familia a una atención
absorbente durante largos periodos de tiempo.
Solo tienes
que pasarte por los hospitales y visitar según que plantas, para darte cuenta
de ello. Allí verás siempre casos de este tipo.
Seres que
sufren en silencio, que no aparecen en las noticias del telediario, que solo
sus familias saben y sufren lo que les está pasando.
Enfermedades,
accidentes de trafico, dependencias de drogas, depresiones, intentos de
suicidio, pueden ser los motivos.
Algunos
evitables y otros no.
Por tanto el
dolor, aunque forma parte de la condición humana física, no debería formar
parte de la vida, siendo la vida un estado de existencia para bien y no para
mal.
Y el
diseñador de esta vida lo sabe, que el dolor no es buen compañero.
A veces nos
lleva a recapacitar y a veces no hay dirección que tomar, simplemente esperar a
recuperarnos con paciencia o esperar la muerte.
Resumiendo,
el dolor puede manifestarse levemente como molestias soportables, malestar
desagradable, sufrimiento agonizante o dolor insoportable.
El hambre no
siendo un dolor en si, conlleva a la inanición y muerte por el abandono del
cuerpo y su energía vital necesaria.
Cuando
estamos exentos de dolor, nuestra vida transcurre rápidamente por no encontrar
tropiezos e impedimentos.
Paralelamente
al dolor, existen otras sensaciones no de tipo físico, sino psíquico, también
desagradables, las cuales también pueden alcanzar grados de mayor o menor
intensidad.
El miedo,
progresando al terror.
La angustia,
progresando a la desesperanza.
La falta de
libertad, progresando a la locura.
La perdida
de un familiar, progresando a la depresión.
La depresión,
progresando al hundimiento.
La perdida
de memoria, progresando al estado vegetal.
En ninguna
de ellas hay contacto con el cuerpo.
Unos de tipo
físico y otros de tipo psíquico.
Pero ambos
duros y difíciles de superar.
A estos
últimos de tipo psíquico, aun más difíciles de demostrar científicamente como
un dolor imaginario implantado en la materia orgánica.
Únicamente supuestamente
localizados en el cerebro a nivel orgánico.
El placer
Asi como en
el dolor todo es negativo, en el placer todo es positivo, pero tampoco todo
conviene.
El placer
también presenta toda una gama de estados.
Me refiero a
sensaciones puramente físicas.
Por orden de
intensidad, lo calificaríamos en:
La caricia,
el masaje, el orgasmo sexual o el placer posiblemente producido por algún tipo
de drogas.
Placeres aun
mayores, nos podrían conducir a estados exhaustos y carentes de comunicación
con el resto de seres vivos.
Estados de
hibernación orgásmica permanente en los cuales nos comportaríamos como seres
vivos felices o maquinas de placer.
El tiempo
tampoco lo valoraríamos, perdiendo la percepción de él.
Tampoco es
aconsejable el abuso de este estado, perdiendo todo contacto con el resto de
nuestro entorno.
Podríamos
calificarlo como un estado egoísta, concentrándonos solamente en nosotros y en
las enormes sensaciones de placer que recibiríamos constantemente.
También
posiblemente y esto ocurre con los todos los abusos, perderíamos la percepción
de este gran placer si siempre fuese constante.
Quizás me
atrevería a decir que el abandono de este estado permanente de placer y vuelta
a la normalidad, podría significar una inadaptación al origen y un estado
desagradable.
Asi la
normalidad de la vida consta de momentos buenos y malos, como también consta de
momentos muy buenos y muy malos.
Al igual que
en el dolor, existen estados de placer o de bienestar "espiritual".
Estados que
al cuerpo no le aportan absolutamente nada.
Son estados
placenteros que alcanzan a nuestra persona, por medio de los oidos, vista u olfato,
sin ningún tipo de contacto físico.
¿Puede
demostrar la ciencia este proceso?
Por ejemplo
cuando nos toca la lotería, es un derroche de felicidad y ningún miembro de
nuestro cuerpo ha recibido ninguna sensación física.
Cuando nos
declaramos a nuestra pareja (¿lo recuerdas?), estamos como flotando, no tenemos
hambre, caminamos sin ver a nadie, todo lo vemos de color de rosa.
Cuando hemos
aprobado un curso de estudios o el carnet de conducir, la alegría es increíble
y nos dejamos llevar en un total relax.
Cuando ha
nacido un hijo o nieto.
Lo
celebramos grandemente.
O cuando
vivimos su evolución de crecimiento.
Cuando encontramos
a un familiar o amigo después de muchos años.
Cuando
regresamos a un lugar de nuestra infancia.
Cuando nos
ascienden de categoría.
Cuando una
operación ha salido bien.
El vivir un
recuerdo.
Cuando
sobrevive un familiar o amigo después de un accidente o atentado.
El placer o alegría
que nos repercute no ha sido precisamente por un contacto físico.
Vuelve a ser
éste un motivo de alegría pero no en el ámbito orgánico de un cuerpo o cerebro.
Yo diría del
alma.
Que ocurre
con los ricos?
Como
distribuyen su riqueza material y su alegría?
Compran
varias casas.
Compran
varios coches, varios barcos.
Quizás algún
avión o aviones.
Montan
varios negocios y se complican la vida.
Derrochan en
viajes por todo el mundo.
Cruceros de
placer.
Su respaldo económico
les da seguridad y un cierto placer.
Sus
caprichos los pueden satisfacer al momento.
Carecen de
ilusiones por este camino, dado que la ilusión es la espera en algo que deseas.
¿Y ahora
que?
¿Sabes que
las personas que disfrutan de este sistema de vida, también tienen problemas?
En los
cruceros de placer de alto rango, hay un departamento de psicología para los
problemas mentales que ocasiona este tipo de vida.
Al carecer
de problemas reales, inconscientemente … se los inventan.
Parece que
un sistema de vida tan deseable como éste, realmente no es recomendable.
Todos
querríamos ser ricos, pero no nos convendría.
No hay
misión, destino o capacidad para hacer y crear.
Nosotros y
solo nosotros.
Algunos dan
algo de su gran patrimonio al tercer mundo por aquello de la conciencia.
En el fondo,
la conciencia se les queja.
Y en
realidad, la gran parte de la fortuna de este mundo, está en manos de unos
pocos.
Ese placer
les llevaría con su capitalmonetario a recrearse en estados placenteros dentro
de lo que pudiesen encontrar.
Se aíslan en
un entorno de su misma condición y desatienden las necesidades reales de
afuera.
El ser rico,
nos lleva a ser egoístas y avaros.
El que más
quiere no es el pobre sino el rico.
La riqueza
lleva a desear más y más de una forma absurda y obsesiva.
¿Cuántos
ricos no se han suicidado por una gran pérdida en la bolsa?
¿Estaban
arruinados?
Posiblemente
y desde su punto de vista si, pero desde nuestro punto de vista (dentro de la
normalidad), aun seguían siendo ricos.
Asi tan malo
es el dolor extremo como el placer extremo.
Pero en
ambos existe una abanico y una gama tanto física como inmaterial.
Guillermo Blanco
3-11-2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario